En la Sección “El contrapunto” del pasado viernes leo, no sin sorpresa e incredulidad, unas palabritas que me
regala una tal Elena González, en virtud de la libertad de expresión. Y yo me preguntaba en ese momento, ¿quién
es esta señora o señorita a la que no tengo el gusto de conocer, ni de cerca ni
de lejos, jamás he hablado con ella, y si lo he hecho debió ser insignificante
su impronta, porque es que ni la recuerdo? ¿Por qué utiliza referencias personales contra mi, si no me conoce de nada? Una vez hechas las oportunas indagaciones,
me sorprendo aún más cuando me informan que esta chica jamás ha dado “palo al
agua”, incluso en su época (pasó "sin pena ni gloria") de concejal.
Ahora la tienen contratada como
asesora, o algo así, en el grupo popular de la Diputación junto a la
cuñadísima, y no creo que haya sido por su impecable curriculum, sin entrar en
otras consideraciones del trabajo que se le encomienda, supongo que entre esos
trabajillos también está escribir artículos de opinión en el VIVAJAÉN, y si no, al menos, prestar su
cara para los escritos que le hacen sus propios mentores, en función de lo
agraviados que estos se sientan. Sin reparar en cuestiones personales, por ejemplo,
del affaire de un familiar muy próximo que sacó una bandera republicana en el
Lagarto-Rock y despotricó de la Familia Real (algo muy digno y que seguramente
le honre, para así congratularse con la otra facción de la familia, de modo que
así abarcamos todo el amplio espectro político), lo que chirriaba y chirría por ser
“enchufado de un conocido medio municipal”. Dejo aparte el doloroso parto
múltiple, y las cuita internas de alcoba que, al parecer, no son muy pacíficas.
Esta joven (ya no tanto), además, creo que también asesora a su partido en la Junta Electoral
de Zona.
Pero, es que las referencias
personales a las que me somete públicamente esta mujer (por cierto, de muy mal
genio, según me comentan) carecen de toda objetividad e independencia, y me
obliga a esta réplica en mi fuero interno (no lo hago en ningún medio de comunicación "al uso", aunque me reservo ese derecho de réplica).
Entrando en el fondo de la
cuestión, ¿qué tendrán que ver churra con merinas? Subida del agua (aquí es
donde se destapa el Ayuntamiento de Jaén), y ¿el impuesto de las bolsas de
basura? Esto último me suena a la obsesión de nuestro máximo mandatario
municipal por triunfar en la Junta de Andalucía a costa del enfrentamiento
“permanente”.
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