lunes, 13 de abril de 2015

Réplica a una tal Elenita.

En la Sección “El contrapunto” del pasado viernes leo, no sin sorpresa e incredulidad, unas palabritas que me regala una tal Elena González, en virtud de la libertad de expresión. Y yo me preguntaba en ese momento, ¿quién es esta señora o señorita a la que no tengo el gusto de conocer, ni de cerca ni de lejos, jamás he hablado con ella, y si lo he hecho debió ser insignificante su impronta, porque es que ni la recuerdo? ¿Por qué utiliza referencias personales contra mi, si no me conoce de nada? Una vez hechas las oportunas indagaciones, me sorprendo aún más cuando me informan que esta chica jamás ha dado “palo al agua”, incluso en su época (pasó "sin pena ni gloria") de concejal.

Ahora la tienen contratada como asesora, o algo así, en el grupo popular de la Diputación junto a la cuñadísima, y no creo que haya sido por su impecable curriculum, sin entrar en otras consideraciones del trabajo que se le encomienda, supongo que entre esos trabajillos también está escribir artículos de opinión en el VIVAJAÉN, y si no, al menos, prestar su cara para los escritos que le hacen sus propios mentores, en función de lo agraviados que estos se sientan. Sin reparar en cuestiones personales, por ejemplo, del affaire de un familiar muy próximo que sacó una bandera republicana en el Lagarto-Rock y despotricó de la Familia Real (algo muy digno y que seguramente le honre, para así congratularse con la otra facción de la familia, de modo que así abarcamos todo el amplio espectro político), lo que chirriaba y chirría por ser “enchufado de un conocido medio municipal”. Dejo aparte el doloroso parto múltiple, y las cuita internas de alcoba que, al parecer, no son muy pacíficas. Esta joven (ya no tanto), además, creo que también asesora a su partido en la Junta Electoral de Zona.

Pero, es que las referencias personales a las que me somete públicamente esta mujer (por cierto, de muy mal genio, según me comentan) carecen de toda objetividad e independencia, y me obliga a esta réplica en mi fuero interno (no lo hago en ningún medio de comunicación "al uso", aunque me reservo ese derecho de réplica).

Entrando en el fondo de la cuestión, ¿qué tendrán que ver churra con merinas? Subida del agua (aquí es donde se destapa el Ayuntamiento de Jaén), y ¿el impuesto de las bolsas de basura? Esto último me suena a la obsesión de nuestro máximo mandatario municipal por triunfar en la Junta de Andalucía a costa del enfrentamiento “permanente”.


miércoles, 8 de abril de 2015

A vueltas con el tranvía de Jaén

¡Menudo lío! Volvemos a hablar del dichoso tranvía de Jaén. Y digo dichoso, por aquello de “que trae dicha”, o, al menos, debería haberla traído a Jaén y provincia, después de una inversión millonaria que hemos pagado entre todos los y las andaluzas y andaluces. El tranvía de Jaén lleva en cocheras cuatro años, injustificadamente (lo digo claro), ante la incapacidad del máximo responsable municipal para ponerse de acuerdo con otras Administraciones.

Lo que sí es cierto es que el sistema tranviario de Jaén ha sido a lo largo de este mandato municipal el centro de la polémica, fuera y dentro de la ciudad, por los millones de euros encerrados, sin darles el uso para el que fueron destinados, por la cabezonería de un alcalde, en su intento de ridiculizar la millonaria inversión, por el simple hecho de haber sido iniciativa del partido opositor.

De nuevo, desde la Unión de Consumidores de Jaén hemos tenido que acudir a la Fiscalía para que investigue si es constitutiva de delito la actitud (por posible prevaricación) de los responsables municipales. Y es que, como es público y notorio, la normativa de aplicación prohíbe parar y aparcar sobre los raíles del tranvía, algo que sabe muy bien el concejal de Tráfico y los agentes locales, que son quienes deben sancionar si se incumple la normativa. No caben “mediastintas”, ni interpretaciones torticeras e interesadas.

El maremagnum y el cachondeo es cada vez mayor. Algunos concejales dicen que no han dado orden alguna para que la Policía local sancione, o no (¡faltaría más!). Y me pregunto yo, si el concejal no ha dado esa orden ¿quiere ello decir que los funcionarios, en su condición de policías municipales, no están actuando como debieran? o ¿nos querrá decir el concejal que los efectivos policiales no actúan de oficio cuando ven semejante incumplimiento de las normas de circulación? ¿Qué clase de concejal de Tráfico tenemos en la capital de provincia, que ha anunciado que lo que sí se va a permitir y tolerar desde el Ayuntamiento son "paradas momentáneas" sobre el trazado del tranvía para su utilización como carga y descarga y a padres y madres que vayan a recoger o a dejar a menores en horario escolar y que utilicen esta zona como aparcamiento transitorio? ¿Qué es eso? ¿Más confusión? De locos.